sábado, 4 de diciembre de 2010













Blhoja 038 - 2007: PENÍNSULA VALDÉS




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Un ejemplar de unos 30 a 40  toneladas nos recibe a lo lejos. Cámaras fotográficas y filmadoras se apuran a registrar el acontecimiento. La mirada queda pegada a ese cuerpo oscuro y sin formas que flota y se sumerge como si ya estuviera pactado. Unos minutos después de detener el motor de la lancha, ellas comienzan a aparecer. Ellas hembras, ellas machos, ellas crías; que importa. Nadie quiere saber su sexo, todos esperamos impaciente su cola. El capitán del barco, también timonel y también guía, nos relata la acción. Sale a respirar: y ella larga un chorro de agua hacia los cielos que en realidad es un chorro de aire que lleva consigo el agua que la rodea. Se sumerge: y no la vemos mas. Vuelve a la superficie y en su coreografía milenaria ejecuta unos de los pasos mas bellos: con toda sutileza y con gran garbo despliega su cola de dos puntas hacia las alturas y el lugar se ilumina. Ese brillo opaca al sol por unos instantes y la ovación de corazones palpitantes acalla al universo que nos rodea y posteriormente  sale por la boca de todos nosotros el eco de esa emoción sublime.

La gran ballena franca austral llega al golfo Nuevo en mayo para partir en diciembre. Vienen a estas tranquilas aguas a aparearse o a parir.
Está prohibida la navegación por el Golfo. Solo son autorizadas aquellas que ofrecen sus servicios turísticos, los cuales son totalmente regulados. Un modo de mantener la tranquilidad que estos enormes cetáceos necesitan para su subsistencia y seguir siendo Monumento Natural, así declaradas desde 1984. 


Foto de:  Adriana Damen de Herzog

Los pingüinos también son un espectáculo. La mayor colonia de pingüinos magallánicos se encuentra en la Reserva Natural Punta Tombo. A unos 100km de Trelew, se puede internar en el pacífico hábitat de estos graciosos animalitos que vestidos a lo frac, se pasean y nos muestran en parte su forma de vida.




Un paseo por Gaiman, la población galesa que comienza su historia por 1865, cuando un grupo de familias en busca de una mejor vida, se embarca hacia la patagonia. Una vuelta por el pueblo y a comer tortas a la casa de te donde estuvo Lady Di.

La capital de la provincia de Chubut es Rawson, pero no es el centro turístico, es mas bien una ciudad administrativa y se destaca principalmente la actividad pesquera. Para muchos es recordada por la titulada Masacre de Trelew, donde fueron asesinados 16 presos políticos de la cárcel de Rawson y tres, de los diecinueve que estuvieron frente al pelotón, sobrevivieron para contarla. En 1972, durante el gobierno del dictador Lanusse, 25 presos políticos se escaparon de dicha cárcel y 19 de ellos fueron atrapados antes de subir al avión que los llevaría a Chile. Diversos puntos de nuestro país contienen estas historias de crímenes políticos, avalados o directamente ejecutados por gobiernos militares o democráticos, cómplices con los abusivos poderes económicos.



Amaneció nublado en Puerto Madryn esa mañana de noviembre. Algunas gotas cayeron mientras iba hasta la agencia de buceo. Quien me atendió me dijo que hoy no salían porque hasta ahora no había nadie mas que yo, si quería podía esperar un rato, pero como venía la mañana era muy difícil salir. Después de unos minutos y tras colgar el teléfono me dijo que vaya unas cuadras mas allá, que allí posiblemente salía una lancha. Mi entusiasmo seguía intacto a pesar de los no muy alentadores acontecimientos. Debía ser hoy si o si, ya que quien sabe cuando volvería a tener esta oportunidad.


Mi amiga Gabi me había entusiasmado para animarme a bucear. Ella vivió unos años en Madryn y una de sus mejores experiencias en la ciudad fue el contacto con el fondo del mar. Estaba alojado en Trelew y el paquete turístico ofrecía avistaje de ballenas en la península, la visita a la pingüinera, un paseo por Rawson, Playa Unión, Puerto Madryn y Gaiman y el día de hoy todo el grupo partió hacia el dique Ameghino. Deserté de ese destino y muy temprano en la mañana tomamos un ómnibus con Osvaldo hacia Madryn. Había hecho unos contactos telefónicos previos y sobre la avenida que da a la costanera ingrese a la agencia.



Cuanta expectativa. Cuanto trámite previo. Luego de que la lancha se puso en marcha, ya vestidos con los atuendos correspondientes estuvimos parados en un sector esperando el ascenso  de unas de las buceadores con experiencia que bajó hasta un barco hundido. Luego nos llevaron a otro sector no muy lejano a la costa y bamboleándonos por un viento bastante fuerte, los dos buzos a bautizar fuimos debidamente asesorados con las técnicas elementales.
Fue realmente incómodo estar uniformado de buzo dentro de la lancha. Por suerte fueron unos pocos minutos donde además del tanque, unas cuantas pesas alrededor de la cintura, las patas de rana y la mascara en los ojos/nariz completaron el atuendo, y: al agua pato!





Fue aprender a respirar nuevamente. Luego de una corta instrucción, comenzamos el descenso. Por unos metros tomado de una soga veía a mi guía cara a cara. Al finalizar la cuerda la cara desapareció para mostrarme un infinito nebuloso, medio verdoso, donde no había ningún punto de referencia, un mundo extraño. Esa primer visión me asustó y comencé a respirar descontroladamente. Supe inmediatamente que si soltaba de mi boca el tubo de oxígeno llenaría inexorablemente mis pulmones con agua. Quise encontrar la soga que me llevaría hacia mi elemento de vida antes que ese cordón umbilical artificial me juegue un mal chiste. Empecé a creer que esa forma de morir sería… pero la mano del guía en mi mano me trajo al lugar que yo había elegido para vivir una experiencia inédita. Me esforcé en calmarme y regule mi respiración. La cara del guía nuevamente ante mis ojos y su pregunta si estaba todo bien. Junté lentamente mis dedos índice y pulgar y le mostré el círculo del Ok.

No se si me defraudo, no se si las expectativas fueron muchas. Las imágenes del NatGeo o del Discovery channel o de toda señal que se jacta de mostrar esos fondos marinos tan transparentes, tan poblados de peces de colores, algas espectaculares, conchas diversas y todo tipo de flora y fauna submarina, atentaron a mi realidad. Solo hubo unas algas verdosas como lechugas, y un pez negro y algunas conchas coloridas que vi cuando el guía hizo clic y el flash ilumino mi cara para las fotos. 
Pero no. No fue “solo” eso. Eso era lo real. La vida que me estaba pasando en el fondo del mar. Lo tenía ante mis ojos. Lo palpaba con mis manos, con mi cuerpo, con mis sentidos. Lastima que cuando empecé a disfrutarlo vi el dedo pulgar hacia arriba, del guía que me indicaba vamos. No quería, era injusto. Yo fui injusto. Necesitaba congraciarme y disfrutar de ese universo que durante unos minutos habité y no tuve la suficiente grandeza de reconocerlo como tal. De aceptar sus imperfecciones solo por esa puta costumbre de comparar con las realidades ficcionadas que nos venden a cada instante.

Foto de: Abramar Buceo
Foto de: Abramar Buceo
Foto de: Abramar Buceo



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