domingo, 14 de septiembre de 2014
















Blhoja 097 - FRAGMENTOS DE ECUADOR: 





Los nombres de Orozco, Rivera, Portinari, Tamayo y Guayasamín forman la estructura andina del continente. Son altos y abundantes, crispados y ferruginosos. Caen a veces como desprendimiento o se mantienen naturalmente elevados, unidos territorialmente por la tierra y por la sangre, por la profundidad indígena.
Guayasamín, entre los unos y los otros, emprendió en su obra el Juicio Final que les pedíamos a los solitarios del Renacimiento. Pocos pintores de nuestra América tan poderosos como este ecuatoriano intransferible: tiene el toque de la fuerza, es un anfitrión de las raíces, de cita a la tempestad, a la violencia, a la inexactitud. Y por ello, a vista y paciencia de nuestros ojos, se transforma en luz.
Suponemos que el realismo ha muerto. Y hemos celebrado el funeral porque no lo mataron los quiméricos, los irrealistas, sino los propios realistas que lo realizaron, extinguiéndose hasta presentarnos un realismo sin carne y sin hueso: la imitación de la verdad.
Guayasamín es uno de los últimos cruzados del imaginismo; su corazón es nutricio y figurativo, está lleno de criaturas, de dolores terrestres, de personas agobiadas, de tortura y de signos. Es un creador del hombre más espacioso, de las figuras de la vida, de la imaginación histórica.
Yo le tengo en mi santoral de santos militares, aguerridos, jugándose siempre el todo por el todo en la pintura. Las modas pasan sobre su cabeza como nubecillas. Nunca lo aterrorizaron.
Presento, y es mucho honor para mí, a este pintor germinativo y esencial, seguro de que su universo puede sostenerse aunque nos amenace como un derrumbe cósmico.
Pensemos antes de entrar en su pintura porque no nos será fácil volver.

Pablo Neruda  (Catálogo de la exposición de La Edad de la Ira en el Museo de Bellas Artes, Santiago de Chile, 1969)





IMAN GUAYASAMIN

¿Maypachamantan Guayasamin kallpayki oqarikun?
Qaqchaq urpi, yawar qapariq
¿maypachamantapunin ukupacha kanchariq ñawiki
cielo kañaq makiyki?
Uyuriway, rauraq wayqey.
Ñakay pacha mitata
runa kiriq punchauta,
waqachiq tuta
runa, runa mikuq uyanta,
wiña wiñaypaq churanki
mana pipa kuyuchiy atinanta
¡maykamaraq changanki!

Runa wagacun
wayrapa kallpanta mikuchun,
qan rayku.
Wayasamin sutiyki
intipa quepa ñeqen churinkunapa qaparisganmi
Quito muyup apu wamanikunapa katatatasqan
waqascan, riti mirasqan,
cielomantapas astawan sinchi sombran.
Manan chayllachu:
Estados Unidos, China, Tawantinsuyu
tukuy llaqtapi runakuna ñakasqanta,
imaymana mañakusqanmanta
qan, rauraq waygey, qaparinki,
Apurimaq mayu astawan hatun
astawan mana tanichiq simiwan.
¡Allinmi, waygey! ¡Estabín, Oswaldo!



QUE GUAYASAMIN

¿Desde qué mundo, Guayasamin, tu fuerza se levanta?
Paloma que castiga
sangre que grita.
¿Desde qué tiempos se hicieron tus ojos que descubren
los mundos que no se ven,
tus manos que el cielo incendian?
Escucha, ardiente hermano,
El tiempo del dolor,
de los días que hieren,
de la noche que hace llorar,
del hombre que come hombres,
para la eternidad lo fijaste
de modo que nadie será capaz de removerlo,
lo lanzaste no sabemos hasta qué límites.

Que llore el hombre
que beba el suavísimo aliento de la paloma
que coma el poder de los vientos,
en tu nombre.
Wayasamin es tu nombre;
el clamor de los últimos hijos del sol,
el tiritar de las sagradas águilas que revolotean Quito,
sus llantos, que acrecentaron las nieves eternas,
y ensombrecieron aún más el cielo. No es solo eso:
el sufrimiento de los hombres en todos los pueblos;
Estados Unidos, China, el Tawantinsuyo
todo lo que ellos reclaman y procuran.
Tú, ardiente hermano
gritarás todo esto
con voz aún más poderosa
e incontenible que el Apurimac.
Está bien hermano,
está bien, Oswaldo.



Jose Maria Arguedas

(Peru, 1911-1969)
del libro de poemas en quechua Katatay

Iman Guayasamin / Qué Guayasamín:
                                                                                                homenaje al pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín fue escrito
                                                      probablemente entre 1964 y 1965. José María Arguedas concluyó el 
                                                                                                       poema en quechua, pero dejó inconclusa la versión en castellano. Esta ha sido concluida por Jesús Ruiz Durand.













                                   "Lágrimas de Sangre"Óleo sobre tela 220 x 120 cm. Ecuador, 1973.

Este cuadro representa una síntesis del sufrimiento que se vive en ese momento (1973), el dolor y el sacrificio causados por individuos aparentemente humanos. Lo explica claramente la inscripción que lleva en el ángulo inferior derecho, por encima de la firma y de la fecha: "Homenaje a Salvador Allende, Pablo Neruda, Víctor Jara. Nosotros los pueblos".











¿Pintor revolucionario? Sí. Revolución estética y revolución ideológica. Pero si la primera es producto de su extraordinaria capacidad expresiva, de su potencia de ser, de su anhelo de hablar lenguaje pictórico integral, sin anécdota, localismo ni literatura; la segunda, en camino, la revolución ideológica, es el trasunto de la esperanza y la justicia, consubstanciales en un hombre de bien, habitante del mundo en la época contemporánea. [...]
Oswaldo Guayasamín sigue el "camino del llanto" (Huacayñán) de su pueblo. Pero no con espíritu pesimista o de derrota: es la voz, la inmensa voz pictórica salida de su obra creadora que, con los medios irrefutables e implacables del dolor y las injusticias, surge sin ademán ni tono cartelista, la gran rabia y la gran esperanza. [...]

Benjamín Carrión  (Introducción a Huacayñán. Quito, Casa de la Cultura Ecuatoriana, 1953)







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La pérdida es irreparable, porque los hombres de su alta talla moral no se repiten. Ecuador ha perdido al Maestro, un notable e ilustre hijo. Cuba un amigo leal y sincero. América Latina, un honorable americano que supo reflejar en su arte, no sólo el sufrimiento de sus compatriotas, sino también sus culturas y sus virtudes…
No podemos admitir que murió, porque los hombres como él no mueren: se multiplican en sus pueblos…

Fidel Castro Ruz






Fue un hombre de convicción latinoamericana y luchador por la democracia. Su obra refleja su profundo compromiso con el progreso social y con los pueblos marginados y explotados. América pierde a uno de los hombres más destacados en el mundo del arte, pero también a uno de los más solidarios y humanistas que ha dado nuestra América en toda su historia. No hay palabra para expresar los sentimientos y los recuerdos que guardo y guardaré de este hombre que ha dado lo mejor de si por nuestros pueblos. Su memoria permanecerá en nosotros y será aliento permanente para quienes buscamos un mejor futuro para la humanidad.

Rigoberta Menchú Tum, Premio Nóbel de la Paz



PROFETA DEL PORVENIR: Palabras de Fidel Castro





MANTENGAN ENCENDIDA UNA LUZ QUE SIEMPRE VOY A VOLVER

Oswaldo Guayasamin

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